domingo, 25 de marzo de 2018

DEJA VU

El otro día me fumé un porro.
Había olvidado que tenía un seminario de Ventas.
El conferencista tenía 63 años.
Últimamente no me gusto en las fotografías.
Hay algo en mi que me distancia de mi misma,
Que no me reconoce.
Podría decir que es cierto sobrepeso, mi pelo sin peinar,
La piel o las ojeras.
Pero no es nada de eso, hoy, no sé,
Algo que no conozco me espanta.
Me he sentado a escuchar la conferencia “Talento y Ventas”
Y me he quedado mirando los ojos de un hombre que aparecía
en la pantalla con una frase de Ventas.
Sus ojos iluminados, profundos,
estaban mirándome, lo juro.
Me miraba por dentro.
Me he sentido vulnerable, rebasada.
Se me han mojado los ojos.
Todos a mi alrededor parecen ejecutivos,
cajeros de sucursal de banco,
vendedores de enciclopedia,
testigos de Jehová,
un equipo del área de Telemarketing.
Desagradables y feos,
Como mi aburrimiento.
Me he quedado mirando un cubo de cristal en un muro,
con dos mujeres adentro.
Una tenía una diadema de audífonos,
la otra era una gorda de trenzas.
La primera hablaba y manoteaba,
meneaba las manos, exageraba,
a voz alta, como "la secretaria", era la traductora de idiomas.
No pude evitarme la risa, se parecía a mi anticristo.
Últimamente tengo ganas de dormir abrazada a un hombre.
Comer helado, dormir más horas.
Cuando me encuentro con el señor viejito del puesto de las flores, pienso en su soledad, como será su vida.
¿El dormirá con alguien abrazado?
Quiero ir al mar, dormir la siesta.
Encontrarme en unos ojos, como esos profundos de la pantalla,
brillantes, enormes circunferencias de luz de los ojos,
De mis ojos, de mi misma.
De Steve Jobs.
No sé, yo no me culparía.
Yo creo que ha sido el porro.


Caperucita Loba, Visiones alrededor del Fuego.
Steve Jobs.

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