miércoles, 23 de mayo de 2018

CALLING

Hay una alfombra de azahares desde tu casa a la mía para cuando decidas venir. 
He encendido todas las bombillas de la calle para que mires las jacarandas de noche. 
Yo lo hago cuando paso a visitarte montada en un pájaro a ver si despiertas.
Tengo un fuego encendido que cuido hace años y nunca se ha apagado. 
He sembrado hierbabuena de tu ventana a la mía, para que aprendas a mirar con el olfato y puedas reconocerme. 

A tu llegada préndeme el alma. 

Tengo un manantial de agua dulce que se me derrama dentro, un castillo de siete habitaciones porque los amantes deben visitarse y un arcoiris para colorearnos las tardes de lluvia. He puesto una orquesta de flautas que tocan cuando te acaricio,

- ¿que tiene de malo querer que no te vayas nunca? -

Llevo un abrazo grande cada vez que lo quieras, cinco perlas divinas que me regaló el desierto, un ejército inmenso de elefantes blancos que poner a tu nombre, que te traigan la miel de las abejas y arriba de ellos puedas subir y tocar la luna cuando yo no esté.
Se me vuelven plumas de colibrí las manos cuando te siento cerca.

Estoy que vuelo, estoy que ardo, por ti. 

Dicen que solo aquello que se ama puede destruirnos, yo te ofrezco mi reino a cambio de que no me destruyas. Y me dejes amarte y llevarte el pan caliente y la primavera todos los días. 


Caperucita Loba, Visiones alrededor del Fuego.

Imagen de Autor Desconocido.



No hay comentarios:

Publicar un comentario