sábado, 15 de agosto de 2015

FENÓMENO GEOLÓGICO

El día que nos perdimos,
las nubes se alinearon haciendo el cortejo fúnebre que despedía nuestra historia.
Dos estrellas apagaron para siempre su brillo en franca tristeza
y algunas aves silenciaron su canto,
solidarizándose con tan terrible despojo.
Hay paisajes que no volverán a ser iguales,
no sin nosotros,
como tampoco han vuelto a ser los mismos nuestros ojos.
Comprender el misterio de un encuentro,
desenredar los hilos en la despedida.
Océanos,
que vieron mojarse nuestros cuerpos en sus aguas siguen llorando, 
los astros siempre sabrán de como nos amamos
y rendimos homenaje a los dioses al entregar nuestros cuerpos.
Los corales que nos vieron reir hoy están muertos,
miiles de peces emigraron a otros puertos.
El amor es así, busca testigos,
la naturaleza suele ser siempre su cómplice,
pensar que el universo fue un aliado en nuestra historia
y al despedirnos no nos dimos ni la mano.
En verdad, 
me lo preguntan los árboles,
¿Moriremos sin habernos encontrado de nuevo?
El viento quiere saber si volverá a abrazarnos.
Son tantas cosas las que sé de tí,
que hoy le he amarrado a una paloma un papelito que decía: Hemos sido.
Iré contándole a la vida nuestra historia,
a las flores, a las piedras, a las conchitas del mar y a cada mosca.
Tengo tanto que decir sobre tus manos
que podría escribir todo un tratado.
Evitar en el mundo fenómenos geológicos,
cambios climáticos, desastres naturales,
al revelarle los secretos que guardan
tus silencios, tu sonrisa y tus lunares.

Caperucita Loba, Visiones alrededor del fuego
Autor Desconocido

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