Nuestra historia se parece
al armado de un rompecabezas
que solamente busca armar una sonrisa,
esa sonrisa que la vida pone
al saber que nos hemos encontrado,
yo para sanarme contigo,
tú para sanarte conmigo.
Me gusta pensar
que puedo tender mi mano para tomar la tuya
y me queda la otra libre para hacer cualquier cosa.
Si te doy mis dos manos,
¿cómo podría siquiera rascarme?
Me gusta que vas comprendiendo
y perdiendo miedo a mi silencio
como cuando me dijiste:
"no tengas miedo de que te diga te amo".
Te amo: tiene el poder del silencio,
el silencio, tiene el poder de un te amo.
Y si lo miras,
en el silencio se guardan las cosas más bonitas,
aquellas que aún no se descifran,
pues si lo hacen pueden ser devoradas.
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