En algún momento
pasó,
A mi cuerpo le
salieron escamas de tanto naufragio,
Tuve que
instalar un limpiavidrios en mis ojos cuando lloré por tres años,
Escribí millones
de letras cuando el enojo me arrebató la voz mil ochocientos veinticinco días,
Y pensé que mi
cuerpo se había congelado cintura arriba-cintura abajo.
Me subí diez
años a la montaña rusa,
Brinqué de la
risa al llanto,
Del amor al odio,
Del perdón a mí.
En todos mis
saltos creí dejar una línea punteada para volver,
pero Dios tomó
su borrador y me hizo la travesura.
Nunca supe que
seguía, nunca ocurrió lo planeado,
Cuando sentí mis
piernas quebrarse, descubrí que
tenía alas.
Cuando pensé que
no tendría la fuerza para seguir, la tuve y aún no sé como,
Cuando pensé que
no tendría la capacidad de sobreponerme,
tuve aceptación
y humildad para rendirme y confiar.
Cuando tuve
miedo, el suficiente, pude al fin quebrarme y liberarme de mi armadura de nada
para ganar mi resiliencia de todo.
Cuando pude
abrazarme y reconocerme, todas mis terminaciones nerviosas reconectaron.
El patito feo
era cisne, la caja tenía chocolates y el sapo me convirtió en princesa.
Tú, fuiste la
excepción a la regla:
Eras más grande
en mi mente
más profundo en
mi poesía
mejor amante en
mi deseo
y más inteligente
en mi esperanza.
Eras mucho mejor
en mis sueños.
Caperucita Loba, Bitácoras de Vuelo.
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"Aproaching Shadow" , Fan Ho. |
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