Fuiste
el hombre de las mil disculpas
de los mil perdones
de las mil excusas y los contratiempos
de los autoengaños y de los silencios.
Desconectado de tu voluntad y tu palabra
Embriagado de tu adrenalina te lanzabas al
vacío
hacías una promesa y la rompías
elaborabas entonces otra
reparando aquí y cumpliendo acá
hasta que otra vez el personaje se comía al
hombre.
Incapaz de sostener tu garra
Fuiste el esclavo de todos tus deseos y
caprichos
De tu víscera, de tu oscuro compromiso,
De tu desgana.
El hombre de los mil olvidos.
Fuiste entregándolo todo al deseo
Seducido por el disfraz que vestías
Compraste el boleto del mundo de la ilusión y
la fantasía
Cediste tu fuerza, tus raíces, tu esencia
No comprendiste la fragilidad de tu equilibrio
Incapaz de mantenerte firme perdiste la
brújula y el mapa,
El hombre de la carcajada, de la simpatía,
colapsaba.
Se instalaba entonces la tristeza como un
cáncer en tu alma.
Hombre ciego,
ignorabas que la dicha estaba oculta en
permanecer en la búsqueda de la sustancia.
Te quedaste niño, te volviste miedo, te
comiste cuentos y pariste nada.
Ya nadie pudo sembrar en tu nombre confianza.
Las estructuras cayeron y devino la tragedia.
Diste
pena, diste risa, diste lástima.
Caperucita Loba, Bitácoras de Vuelo.
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Imagen de Autor Desconocido |
Estoy leyendo hace unos días su blog y me encanta, es muy placentero encontrar personas que nos atrapan con sus letras.
ResponderEliminarSaludos
B.
Estoy leyendo hace unos días su blog y me encanta, es muy placentero encontrar personas que nos atrapan con sus letras.
ResponderEliminarSaludos
B.