Ya no creo que
tengo venas que llevan sangre
En mí corren
ríos de agua dulce
que convergen en
una cascada que me lleva al mar.
Por mi cuerpo
pasaron tres vidas que me atravesaron el alma para siempre, como flechas que
llegaron a su destino. Ahí, donde
crecieron niños hoy crecen flores, muchas, amarillas y rosas, pequeñas como en
los campos dorados. Ya no habrá niños.
Todo ha sido consumado. Ellos vinieron para que yo me volviera madre, no sólo
de ellos, sino de mí.
Madre de todos
mis encuentros y destierros,
Madre de todas
mis risas y todas mis lágrimas
Madre de todos
mis dolores y todos mis placeres
Madre de mi
sombra, madre de todos mis relámpagos.
He logrado
entender que la madurez es poder habitarse a si mismo.
No querer salir
corriendo de ese cuerpo a veces ansioso, a veces cansado.
Habitarse.
Estoy en paz con
todo,
cuando vivo en mi campo dorado de flores amarillas y rosas, flotando,
con mis cascadas de agua y mi yo-madre al lado, celebrándome.
cuando vivo en mi campo dorado de flores amarillas y rosas, flotando,
con mis cascadas de agua y mi yo-madre al lado, celebrándome.
Me caigo en
gracia. Tan listilla en unas, tan cojonuda en otras.
Ya no quiero
ganar.
Ya no quiero
decirte que mires, que tengo razón,
sólo quiero
jugar a volverme revolución para aquellos que amo.
Volvernos
pregunta.
Sucede que el
cóndor es un ave carroñera, tan hermoso en vuelo y comiendo mierda. Con los humanos
sucede muy parecido. Algunos vienen a hacer el trabajo sucio, podrían
ser llamados santos.
Voy a volverme
mujer de 40. Voy a cantarme canciones en un círculo de fuego que me regala
visiones y me mantiene dulce, alerta. Los niños debiesen ver más el fuego y menos el móvil.
Ellos, que
nos mantienen pisando la tierra, con arañazos de realidad, mostrándonos, a ver
si es cierto que podemos ser tan grandes como para entenderlos.
Los niños debiesen ser niños más tiempo.
Estoy
entendiendo el progreso, no como la capacidad de no cometer errores,
sino como la
velocidad de caer en cuenta de ellos.
Cada día mas
cerca de mí,
Más lejos del
ruidoso mundo y sus deformaciones,
Más contenta en
mi silencio.
Y como el
cóndor a veces, comiendo mierda, pero sonriendo.
Caperucita Loba, Visiones alrededor del Fuego.
Imagen de Autor Desconocido. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario