miércoles, 28 de septiembre de 2016

EXPIACION

Estoy mutando,
Ya no creo que tengo venas que llevan sangre
En mí corren ríos de agua dulce
que convergen en una cascada que me lleva al mar.

Por mi cuerpo pasaron tres vidas que me atravesaron el alma para siempre, como flechas que llegaron a su destino. Ahí, donde crecieron niños hoy crecen flores, muchas, amarillas y rosas, pequeñas como en los campos dorados. Ya no habrá niños. Todo ha sido consumado. Ellos vinieron para que yo me volviera madre, no sólo de ellos, sino de mí.

Madre de todos mis encuentros y destierros,
Madre de todas mis risas y todas mis lágrimas
Madre de todos mis dolores y todos mis placeres
Madre de mi sombra, madre de todos mis relámpagos.

He logrado entender que la madurez es poder habitarse a si mismo.
No querer salir corriendo de ese cuerpo a veces ansioso, a veces cansado.
Habitarse.
Estoy en paz con todo,  
cuando vivo en mi campo dorado de flores amarillas y rosas, flotando, 
con mis cascadas de agua y mi yo-madre al lado, celebrándome.

Me caigo en gracia. Tan listilla en unas, tan cojonuda en otras.
Ya no quiero ganar. 
Ya no quiero decirte que mires, que tengo razón,
sólo quiero jugar a volverme revolución para aquellos que amo.
Volvernos pregunta.

Sucede que el cóndor es un ave carroñera, tan hermoso en vuelo y comiendo mierda. Con los humanos sucede muy parecido. Algunos vienen a hacer el trabajo sucio, podrían ser llamados santos.

Voy a volverme mujer de 40. Voy a cantarme canciones en un círculo de fuego que me regala visiones y me mantiene dulce, alerta. Los niños debiesen ver más el fuego y menos el móvil. 
Ellos, que nos mantienen pisando la tierra, con arañazos de realidad, mostrándonos, a ver si es cierto que podemos ser tan grandes como para entenderlos.
 
Los niños debiesen ser niños más tiempo.

Estoy entendiendo el progreso, no como la capacidad de no cometer errores,
sino como la velocidad de caer en cuenta de ellos.

Cada día mas cerca de mí,
Más lejos del ruidoso mundo y sus deformaciones,
Más contenta en mi silencio.
Y como el cóndor a veces, comiendo mierda, pero sonriendo.


Caperucita Loba, Visiones alrededor del Fuego. 

Imagen de Autor Desconocido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario