jueves, 21 de julio de 2016

HOMME

Todavía nos falta mucho a las mujeres,
para aprender a amarlos realmente,
a ellos, los que nos acompañan,
a los que también traemos a la vida,
a los que creemos conocer profundamente.
A los que muchas veces nos sostienen.

Nos falta mucho,

y lo digo con vergüenza de nuestra enorme ignorancia,
para percibir su honesta ternura, su fragilidad,
su necesidad de salvarse en un abrazo de lo mundano,
para ser rescatados de la oscura insignificancia.
 

Entender, que no somos superiores porque gestemos la vida,
sino bendecidas,
y que son sus corazones los que se abren,
o cierran,
en nuestros brazos cuando hombres o cuando niños.

Que tenemos rincones, curvas y huecos,
que son refugio, también guarida,
donde nuestros hombres se inspiran y reinventan,
se guardan y fortalecen.

Nos falta mucho,
para no convertirnos en lo juzgado.
Para tener los brazos, el corazón y el entendimiento,
para dejarnos conmover con su palabra o con su silencio.
Nunca se ha curado una herida con veneno.

Que no son fábricas de dinero,
ni máquinas de sexo, ni cerdos depravados,
ni inseminadores artificiales, ni pasatiempos. 

Que conocer a uno no es conocer a todos.

Que nos necesitan,
que les duele igual, carajo.

Mujer, despierta,
se llaman hombres,
y son nuestros hermanos.


Hónralos. 


Caperucita Loba, Visiones alrededor del Fuego. 

Street Art, de Mark Samsonovich.

2 comentarios:

  1. es que nunca había leído algo tan exacto, tan preciso... algo que hable de lo más bello que la vida me ha dado.. Gracias Caperucita Loba... es bellísimo

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  2. Muchas gracias!! Recibo tu mensaje con el corazón!!

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